Se ha especulado mucho con este tema durante varios siglos, desde que se fundara la Universidad de Salamanca, allá por el siglo nosecuál, estos jóvenes medievales también tenían sus pisos de estudiantes y salían de fiesta, claro que sí, lo único es que no había neveras, pero ése no es el caso, centrémonos.
Ahora en el siglo XXI, en plena era de las tecnologías y en pleno auge de la metrosexualidad, el qué comer es muy importante.
Sin más dilación, ésta es nuestra nevera, no os asustéis por el desorden.
Empecemos con la descripción:
En el cajón de abajo, frutas y verduras, más verduras que frutas, lo cual parece raro en un piso universitario, pero hay quien nos gana: un piso en el que viva una ¡dietista!
En la siguiente balda, yogurcitos y judías (que se coman es otra cosa, pero están ahí).
La siguiente balda es la de la comida mejicana, como podréis observar está vacía, adivinad por qué.
Salchichitas y carne en general para la próxima balda, y en la de arriba del todo..........de todo.
En la puerta líquidos varios y tomate, mucho tomate.
Nótese el bote de mermelada del proyecto de ciencias del médico (llamado así por el poco uso que se hace de él).
Hay que añadir que nuestra nevera tiene cierre centralizado, posiblemente por el ángulo en el que se encuentra el suelo del piso.
Nota: Hay que comprar cerveza y lambrusquito, que sino... ¿qué estudiantes somos?
No hay comentarios:
Publicar un comentario