¿Qué sucede si se encuentran un najerino, un santanderino y un melillense?
No, no es un chiste. Podrían suceder muuuuuchas cosas, pero si además añadimos el aliciente de que se juntan en un piso de Bilbao la mezcla, puede resultar de todo: exótica, explosiva, tradicional-moderna, erótico-festiva, despótica, caótica, sana, ahorradora y no ahorradora (gracias Matías Prats), un poco guarreta, limpia a veces, friolera, con toques de compañerismo a raudales, con un don gastronómico de un nivel superior, punk-rap-pop-reggae-house-techno-dance, de noches peliculeras (con pelos en el culo), de noches de PUNTO PELOTA, de noches hablando de cosas triviales de la vida, etc...
Ya sabéis de lo que os hablo, de todas las aventuras que pueden tener 3 chicos que viven lejos de su ciudad, de las historias que contar, de cada día que pasa con anécdotas nuevas, más teniendo en cuenta que se han ido a juntar uno de medicina, uno de publicidad y otro de comunicación audiovisual.
Como en toda presentación ha de haber una conclusión, os presento la nuestra, que es igual que nuestra casa, pequeña, acogedora y, sobre todo, fría.
Estáis invitados.
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